Consejos de belleza Cuidado de la piel

¡Cuida tu cuerpo!

Saca partido al sol de la mañana, cuando los dañinos rayos son más débiles.

Un masaje regular ayudará a tonificar tu cuerpo y mejorar la circulación sanguínea.

Toma siempre un vaso de agua antes de darte un baño caliente para estimular la transpiración.

Exfoliar tu cuerpo una vez a la semana para conseguir una piel más suave y tersa.

Humedece siempre tu piel antes de aplicarte la crema exfoliante.

Utiliza siempre una crema hidratante después del baño o ducha, para nutrir y acondicionar tu piel.

Aplica la loción corporal inmediatamente después de haberse secado con la toalla, una piel húmeda y tibia incrementa la absorción.

Los desodorantes anti-transpirantes reducen la producción del transpiración y eliminan el mal olor.

Nada mejor que un baño aromático antes de irse a la cama, ya que un cuerpo y una mente relajada contribuirán a un buen sueño.

La piel de los niños es más delgada y por lo tanto más sensible al sol. Utiliza siempre un protector solar fuerte y seguro para los niños y recuerda que hay que reaplicarlo varias veces. .

El nº del Factor de Protección Solar, indica cuanto rato debes permanecer al sol con el producto, sin que puedas dañar tu piel. Ejemplo si quieres estar 10 minitos al sol, utilizando el FPS 6 puedes permanecer por una hora sin problemas 10 x 6 = 60 minutos.

Antioxidantes y el daño de los radicales libres

Los antioxidantes y el daño de los radicales libres son considerados tan vitales en la comprensión de los orígenes del cáncer, el envejecimiento y las enfermedades que se han convertido en un área de profunda investigación. Un "antioxidante" es la función de un ingrediente específico que actúa sobre la piel. Los antioxidantes se ocupan del daño producido por los radicales libres, frenando nuevos daños, o revirtiendo daños anteriores.
Comencemos diciendo que el daño de los radicales libres es malo para la piel. Teóricamente, el daño que causan puede producir deterioro de las estructuras de soporte de la piel, decreciendo su elasticidad y resistencia. La presencia de antioxidantes en la dieta y, posiblemente, la aplicación tópica de antioxidantes en productos de cuidado para la piel, juegan una parte en el trabajo de retrasar el daño de los radicales libres. Los antioxidantes son ingredientes como las vitaminas A, C y E; superúxido dismutase; flavonoides; betacaroteno; glutathión; selenio; y zinc.
A pesar de la proliferación de productos para la piel que contienen antioxidantes, algunos médicos del área de la investigación de esta materia sostienen que no hay evidencia científica concluyente de que los antioxidantes en realidad prevengan las arrugas, ni hay información acerca de cuántos antioxidantes o exactamente cuáles deben estar presentes en un producto para causar efecto.
E incluso si los antioxidantes funcionaron en la prevención del daño de radicales libres en la piel, los resultados difícilmente se notarán de inmediato. El daño de los radicales libres en el cuerpo humano puede continuar por años antes de que se pueda detectar cualquier deterioro, y no se puede hacer uso de un antioxidante y esperar notar inmediatamente que desaparezcan las arrugas.
A pesar de esta carencia de evidencia concluyente, las revistas de moda y las compañías cosméticas han anunciado la eliminación del daño de los radicales libres como la fuente de juventud. La excitación ante los antioxidantes es comprensible. De acuerdo a muchos expertos de la piel, todos los aspectos del envejecimiento, incluyendo las arrugas, son causados por el daño de los radicales libres. Las compañías de vitaminas y cosméticos quieren hacer creer que sus productos antioxidantes pueden eliminar ese daño. Pero aunque es factible, no se sabe, a ciencia cierta, si pueden o no detener realmente el daño de los radicales libres que tiene lugar sobre la piel.

El daño de los radicales libres

El daño de los radicales libres ocurre en un nivel atómico. Las moléculas están hechas de átomos, y un simple átomo está hecho de protones, neutrones y electrones. Los electrones siempre se encuentran en pares. Sin embargo, cuando las moléculas de oxígeno están envueltas en una reacción química, pueden perder uno de sus electrones. Esa molécula de oxígeno que ahora tiene sólo un electrón es llamada radical libre. Con un sólo electrón, la molécula de oxígeno debe encontrar rápidamente otro electrón, y lo hace tomando el electrón de otra molécula. Cuando esa molécula a su vez pierde uno de sus electrones, también debe buscar otro, y así continúa la reacción. Las moléculas intentan repararse a sí mismas de esta forma, produciendo una reacción en cadena llamada "daño de radicales libres".
¿Qué causa que una molécula deje ir uno de sus electrones, generando el daño de radicales libres? La respuesta es el oxígeno o cualquier compuesto que contenga una molécula de oxígeno, como el monóxido de carbono, el peróxido de hidrógeno y superóxido, además de la luz solar y la polución.
¿Cómo es posible que con tanto daño de radicales libres, y todo ese oxígeno que nos rodea (el aire que respiramos contiene alrededor de 20% de oxígeno), estemos todavía en pie? ¿Por qué vivimos aún? La respuesta a eso es: por los antioxidantes.

Antioxidantes

Los antioxidantes previenen las moléculas de oxígeno inestables (que están así por la pérdida de un electrón) interactuando con otras moléculas (tomando uno de sus electrones) y consecuentemente causando que se vuelvan inestables, un proceso que comienza la reacción en cadena de los radicales libres. Afortunadamente, un vasto surtido de antioxidantes pueden encontrarse en el cuerpo humano y en el mundo vegetal.
Entonces, ¿qué tiene esto que ver con las arrugas? Nadie está absolutamente seguro, pero teóricamente las arrugas aparecen cuando el daño de radicales libres se originan por factores ambientales naturales y falla la cantidad de protección de los antioxidantes. Si no tenemos suficiente protección antioxidante, de la producción de nuestro cuerpo y de las fuentes dietarias, o por antioxidantes, incluyendo aquellos que ponemos sobre la piel, el daño de los radicales libres continúa irrefrenable, causando la ruptura de las células y desparejando o destruyendo su habilidad para funcionar normalmente.
Sólo hay un problema, el hecho de que el daño de los radicales libres es constante y extensivo. Se están haciendo grandes investigaciones en la fascinante área del envejecimiento humano y el daño solar, factores que influyen en las arrugas. Sin embargo, estas investigaciones todavía están en su infancia, y sugerir otra cosa es vender fantasías.
Casi todas las compañías hacen hidratantes que contienen antioxidantes, por lo que son fáciles de encontrar. Usted no verá ninguna diferencia en su piel, pero si el daño de radicales libres puede ser ralentizado, entonces los antioxidantes ayudarán. Muchos científicos piensan que si existiese una fuente de la juventud, entonces los antioxidantes habrían de estar incluidos en ella.

Descubriendo su tipo de piel

Continuamos con la serie de artículos para el cuidado de la piel, ocupándonos del que debiera ser el primer paso para una correcta atención de las necesidades que esta parte tan importante de nuestro cuerpo tiene para estar siempre sana y bella.
El primer paso y más importante para cuidar su piel apropiadamente es elegir los productos de limpieza adecuados a su tipo particular de piel. La piel de su rostro está bajo constante ataque tanto de adentro como de afuera, con elementos tales como el sol y el viento, causantes de arrugas prematuras, y la dieta pobre que lleva al acné y la grasitud. Factores tales como estrés, polución y cambio estacional también tienen su parte en que la piel se vea cansada, escamosa, sin vida. Para combatir estos enemigos, la piel necesita ser bien cuidada a lo largo de su vida. Es más, como los limpiadores, tónicos e hidratantes se vuelven cada vez más sofisticados, es especialmente importante usar el correcto para su tipo de piel. Examine su piel como primer paso en la mañana y luego use el siguiente listado para determinar cuál tipo de piel tiene y descubrir qué tipo de productos usar y cuáles evitar.

Características de diferentes tipos de piel

- Piel normal

Tiene una textura uniforme. Se siente suave y lisa.

Problemas: Pueden aparecer granitos ocasionalmente, particularmente alrededor del mentón y la nariz. Pueden desarrollarse zonas secas si la piel no es limpiada e hidratada.

Limpiador indicado: Usar un limpiador cremoso líquido o en crema, un limpiador soluble en agua o un jabón delicado facial.

- Piel seca

Se ve fina, con poros finos, y es proclive a tener venas rotas en las mejillas. Se siente tirante después de limpiarla, y puede reaccionar enrojeciéndose e irritándose.

Problemas: Falta hidratación porque la piel no produce suficiente sebo, el aceite lubricante de la piel. Desarrolla líneas más fácilmente que otros tipos de pieles.

Limpiador indicado: Usar un limpiador cremoso, un limpiador muy rico líquido, o un jabón hidratante sin perfume, pero eliminándolo completamente.

- Piel grasa o combinada

Se ve brillante y grasosa. La piel combinada tiene sólo zonas de grasitud, particularmente alrededor de la nariz, mentón y frente. Se siente despareja y áspera.

Problemas: Suelen aparecer granitos, puntos negros y poros abiertos. La piel combinada puede tener zonas de sequedad en las mejillas, tanto como acné.

Limpiador indicado: Usar una loción suave o una leche limpiadora. Tratar las erupciones severas con un limpiador líquido medicado.

- Piel sensible

Se ve bien, pero fácilmente se enrojece e irrita. Se siente caliente y molesta cuando se irrita.

Problemas: Reacciona cuando entra en contacto con un elemento alergeno o irritante, tanto externa como internamente. Pueden surgir hinchazones, moretones y verse opaca y sin vida.

Limpiador indicado: Usar un limpiador hipoalergénico, libre de irritantes y sustancias alergénicas. Evitar usar jabón, que puede eliminar la capa protectora de la piel, y hacerla más sensible.

Lociones caseras para el cuidado del cutis

Después de publicar nuestro artículo “La limpieza del rostro”, muchas personas nos consultaron sobre la forma de hacer preparaciones caseras que sirviesen para estos efectos en su tipo específico de piel. Por eso, hemos recopilado algunas fórmulas que le servirán a todos. Busque la suya, y verá qué buenos resultados va a obtener.

Pieles normales:

1. Pepino con leche: Verter en una licuadora una taza de leche y un pepino mediano. Licuar. Cuando la mezcla se encuentre lista, aplicar sobre el cutis con un algodón limpio. Dejar reposar por unos minutos y limpiar con toallitas.

2. Loción de lechuga: Esta loción es apta para todo tipo de cutis. Hervir por ocho minutos, a fuego lento y con la olla tapada, dos lechugas en un litro de agua destilada. Cuando se encuentre listo, dejar reposar por 15 minutos, colar y envasar.

Pieles grasas:

1. Leche de tomillo: Calentar una cucharada de leche, una cucharada de harina de trigo y una de harina de maíz a baño María. Cuando la mezcla se espese, verter dos cucharadas de infusión de tomillo y mezclar muy bien. Dejar enfriar y usar sobre el rostro.

2. Tónico astringente: Mezclar un cuarto de agua de rosas, cinco cucharadas de agua de azahares, cinco cucharadas de extracto de avellano y 25 gotas de esencia de limón. Batir muy bien y una vez listo esparcir sobre el cutis. Retirar con agua fría.

Pieles secas:

1. Vinagre y agua: En un recipiente, verter una cucharadita de vinagre de sidra puro y cuatro de agua. Revolver bien. Aplicar la mezcla sobre el cutis y aclarar con agua fría.

2. Loción de leche de almendras: Verter diez cucharadas de almendras molidas en un cuarto de leche. Revolver muy bien. Dejar reposar por diez minutos, revolviendo de vez en cuando muy intensamente. Colar y envasar. Guardar en el refrigerador.

Pieles con acné o impurezas:

Puntos negros: Una manera fácil y económica de hacer que desaparezcan los puntos negros que se forman en el mentón o en la nariz es moler unas almendras y un tomate maduro, con esta mezcla frotar suavemente y dejar reposar una media hora. Enjuagar con agua fría y procurar no secarse la cara.

Limpiador de miel: Calentar cinco cucharadas de miel y aplicarlas suavemente sobre el rostro, esparciéndola muy bien. Dejar actuar por 15 minutos y luego retirar con agua tibia. Después, utilizar loción de tomillo como astringente.

Tónico de manzana: En una fuente, verter dos cucharaditas de vinagre puro de sidra y cinco de agua destilada. Fusionar muy bien. Una vez lista la mezcla, extender sobre el cutis.

La limpieza del rostro

¿Sabía que la textura, claridad, flexibilidad y duración de la salud de su piel dependen en gran medida de su limpieza? Sea usted mayor o joven, hombre o mujer, puede hacerle un gran favor a su piel limpiándola correctamente.
La limpieza es sin lugar a dudas la parte más importante de la rutina de cuidado básico de la piel. La limpieza apropiada elimina las células viejas, la suciedad, el sudor, el maquillaje y las bacterias, y mantiene los poros sin impurezas para respirar libremente.
La limpieza también ayuda a la circulación y prepara la piel para recibir nutrientes y lípidos aplicados tópicamente.
Estos son los pasos para una correcta limpieza:

1. Limpie dos veces al día. A menos que haya expuesto su piel a un polvo excesivo, polución u otros agentes que la ensucien, la limpieza dos veces al día será adecuada para todo tipo de pieles. Lavarla demasiado seguido la priva de sus aceites naturales. No lavarla regularmente, particularmente antes de irse a descansar en la noche, es también muy nocivo, sino más aún.

2. Elija un limpiador apropiado para su tipo de piel. No use jabón en la piel del rostro: puede ser demasiado áspero y secante, y dañar la piel con el tiempo. Un limpiador demasiado graso puede obstruir los poros, mientras que uno muy seco puede irritar la piel. Un limpiador para piel seca debería contener hierbas y aceites hidratantes. Uno para piel grasa incluirá hierbas que balanceen la producción de aceite. La piel sensible se beneficiará con un limpiador ultra suave, sin fragancia y no irritante. Actualmente existe en el mercado una extensa variedad de productos para todo tipo de piel, que especifican para qué piel están creados y la forma de usarlos. Busque el apropiado para usted. Si ha usado maquillaje, utilice una leche de limpieza siguiendo sus instrucciones puntuales.

3. Siempre límpiese con agua tibia. El agua caliente seca y daña la piel con el tiempo, y el agua fría no disolverá ni eliminará bien la suciedad y el sudor pegados a la piel tan bien como el agua tibia.

4. Si usa esponjas o paños de limpieza facial, asegúrese de que estén limpias y suaves. Sin embargo, recuerde que no son necesarias para una limpieza efectiva: sus dedos pueden hacer el trabajo igual de bien.

5. Lave sus manos antes de limpiar su rostro, o estará llevando suciedad a su piel facial. Ate su cabello si es largo para mantenerlo lejos de su cara cuando va a proceder a la limpieza.

6. Comience salpicando agua tibia sobre su rostro y cuello.

7. Aplique el limpiador con sus dedos o una esponja suave, haciendo golpecitos suaves circulares, a modo de masaje, y moviéndose hacia arriba sobre el rostro y cuello. No friegue demasiado... el masaje suave es suficiente para mejorar la circulación y para eliminar el sudor y las células muertas de su piel. Demasiadas friegas estirarán su piel y la irritarán, especialmente la más delicada de alrededor de los ojos.

8. Enjuague con mucha agua tibia. No olvide enjuagar todo el producto limpiador de su cuello también. Los residuos de limpiador pueden obstruir los poros, atraer suciedad e irritar la piel.

9. Con delicadeza, séquese con una toalla suave. No friegue ahora tampoco su rostro. Con suaves golpecitos lo secará igual de bien, sin dañar su piel.

10. Utilice inmediatamente un tonificador líquido y un humectante apropiados para su tipo de piel, para alimentar su piel cuando ésta es más receptiva.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS
Read Comments

0 comentarios: